La iluminación es la responsable de una gran cantidad de energía consumida por las instalaciones; por ello, es importante hacer un uso racional y adecuado de ella.
Existen diferentes medidas para reducir su gasto energético. La principal medida y la que mayor ahorro supone es la sustitución de las fuentes luminosas existentes por otras de mayor eficiencia, con el objetivo de utilizar una menor cantidad de energía para conseguir la iluminación.
Otras medidas para conseguir una ahorro de energía es la implantación de un sistema de detectores de presencia, de modo que la iluminación solo esté activa cuando la zona a iluminar esté ocupada por alguien; o la utilización de fotocélulas y relojes astronómicos, que consigan que la fuente luminosa varíe su potencia de funcionamiento acorde de las necesidades, manteniendo un nivel constante de iluminación.
También es posible conseguir una disminución del consumo eléctrico realizando un control total sobre el estado y funcionamiento del alumbrado, mediante sistemas de telegestión.
La regulación de la iluminación puede suponer un gran ahorro si se realiza adecuadamente, ajustando y utilizando adecuadamente los aparatos.
En resumen, las principales medidas a llevar a cabo son:
Sustitución de lámparas por lámparas de tecnología LED.
Regulación:
Balastos de doble nivel
Regulador-estabilizador
Balastos electrónicos
Doble circuito
Reloj astronómico + fotocélula
Telegestión
Semáforos