La climatización consiste en crear unas condiciones de temperatura, humedad y limpieza del aire adecuadas para la comodidad dentro de los espacios habitados. Estas condiciones no son constantes en el tiempo, sino que dependen de la ocupación y utilización de la zona.
La comodidad térmica está sujeta a tres factores:
El factor humano: la manera de vestir, el nivel de actividad y el tiempo durante el cual las personas permanecen en la misma situación, influye sobre la comodidad térmica.
El espacio: la temperatura de radiación y la temperatura ambiental.
El aire: influyen su temperatura, su velocidad y su humedad.
Una correcta elección, buen diseño y mejor gestión de los sistemas de climatización (calderas, aparatos de aire acondicionado, conducciones, energías renovables utilizadas) pueden suponer un ahorro anual muy importante. También posibilita que las labores de mantenimiento de las instalaciones sean menores, redundando en el menor desembolso económico asociado a las mismas.
Con las mejoras adecuadas, se pueden lograr ahorros del 30-50%. Aspectos susceptibles a mejorar:
Generación.
Distribución.
Regulación.
Gestión.
Aislamiento